Sobre el Equipo y la Calidad de la Fotografía

Lo primero que hay que dejar claro es que la fotografía la hace el fotógrafo de la misma manera que la obra la interpreta el pianista. Un gran pianista tocará igual de bien en un piano vertical que en un gran piano, pero la interpretación no sonará igual. De la misma manera un gran fotógrafo hará grandes fotos con un mal equipo, pero la calidad de las fotos no será la misma.

El equipo (la cámara y los objetivos) son el instrumento del fotógrafo y cuanto mejor sea, mayor calidad tendrán las fotos, pero un mal fotógrafo, al igual que un mal pianista, producirá obras igual de malas independientemente de la calidad de su equipo.

Aquí me gustaría hacer una distinción entre lo que es una instantánea y una fotografía. Una instantánea recoge (documenta) un momento determinado. Una fotografía es una composición en la que el fotógrafo nos transmite una determinada intención artística.

Un selfie, por lo general, no es arte; es la constatación de un determinado momento que además suele ser narcisista por excelencia. Es una instantánea, no una fotografía. Pero no todas las instantáneas son horribles como la mayoría de los selfies. Los reporteros tratan de captar los instantes decisivos (como diría Cartier-Bresson). Un fotógrafo de guerra no puede pedir a un soldado que se muera de una manera más artística, o a un futbolista que meta el gol con más elegancia, o al vándalo que destroce con mejor ángulo un escaparate, pero su misión es captar esos momentos. En su trabajo no hay composición. Sin embargo en lo que yo considero fotografía, la composición es parte esencial, es lo que ve el fotógrafo no la cámara, pero una buena cámara registra con mayor fidelidad y riqueza lo que el fotógrafo ha visto. La misión del fotógrafo es registrar la esencia de una escena o un objeto, prescindiendo de todas las distracciones que puede haber en ella. (La mayor expresión de esto es el minimalismo). Es tratar de descubrir el orden dentro del caos aunque, como nos enseño Hawkins, sin caos no habría Universo. Es ver belleza donde otros no ven nada.

En mi opinión hacer instantáneas es como cazar. Se dispara a todo lo que se ve, o se mueve. El mejor ejemplo son los turistas japoneses. Por el contrario fotografiar se parece más a pescar. Hay que elegir el mejor momento (la mejor luz) buscar el mejor ángulo y esperar pacientemente a que se den las condiciones óptimas para captar lo que uno quiere y entonces y solo entonces se hace la fotografía. La fotografía se hace antes en la mente del fotógrafo. Para fotografiar hay que ser paciente y a veces se vuelve a casa sin nada porque no se dieron las circunstancias que buscábamos.

¿Qué equipo es el mejor?

Pues depende, para hacer selfies basta un móvil y no ha de ser necesariamente de última generación.

Un reportero, o un fotógrafo de deportes, necesita una cámara que haga muchos fotogramas por segundo y permita ISOs altos sin importar para nada los megapíxeles que tenga el sensor por lo que además probablemente elija un sensor APS-C, ya que le proporcionará mayor acercamiento al objeto. Un fotógrafo de vida salvaje necesitará sobre todo lentes de focal muy larga pero luminosas. Un fotógrafo que haga astronomía preferirá cámaras de ISO alto y un fotógrafo de paisaje o producto seguro que quiere muchos megapixeles y hasta un Formato Medio. Un fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones necesitará una cámara que haga muy buen video porque es lo que le van a pedir. En fin, que antes de saber lo que quieres comprar has de saber lo que quieres hacer, porque si no, tirarás muchos euros a la basura.

Dicho todo esto también es verdad que Severiano Ballesteros aprendió a jugar al golf con un solo palo (el 3) que es lo único que tenía. Por tanto, en determinadas circunstancias, el mejor equipo es aquel que tienes o te puedes permitir. Ansel Adams fotografiaba con un cacharro que hoy nadie querría y Michel Kenna (para mi uno de los mejores fotógrafos de la actualidad) tiene una Hasselblad analógica con la que solo fotografía en blanco y negro y que se puede comprar por unos 1.500€, frente a los más de 50.000€ que cuesta un equipo de PhaseOne.